domingo, 20 de mayo de 2012

No pienses en el mañana.


Han pasado ya cerca de veinte años, desde que tuve aquella conversación que cambiaria mi vida.
Veinte años desde que aquel niño vino a mi oficina, y me conto, quizás, la historia mas increíble que escucharía en toda mi vida. Una historia que se quedo clavada en mi cabeza tan claramente todos estos años. Desde luego, yo no le creí en ese momento; pero ahora, después de tanto tiempo, después de la vida que he vivido desde esa conversación, no puedo, si no pensar en aquel día con culpa y arrepentimiento, y finalmente miedo.

Yo era director entonces, en la escuela primaria de Northamptonshire, estaba a seis años para retirarme. Un niño llamado Chris fue enviado a mi oficina por haber encerrado a otros dos alumnos en un almacén de la escuela. Yo lo conocía, era buen estudiante; una vez presento un trabajo en una asamblea de la escuela. Siempre me había parecido un tanto brillante y algo tímido. Hasta ese día. Estaba haciendo un gran escandalo, recuerdo, no quería ser enviado a mi oficina.

“No esta bien, esto no esta bien” repetía una y otra vez mientras que Judy, su maestra, prácticamente lo arrastraba dentro. Ella me explico la situación y regreso a su aula de clase. Recuerdo que me quede mirándolo desde detrás de mi escritorio, con la mirada severa que reservaba para ese tipo de situaciones. Una y otra vez lo repetía:

“No esta bien; no se supone que sea de esta manera”

Parecía extraño; en pánico y molesto, aunque no de la manera que uno esperaría de un niño de diez años estaría al ser enviado a la oficina del director. Sus ojos se movían de delante hacia atrás, como cuando piensas demasiado y muy rápido. Eventualmente le dije.

“Christopher. Esto es muy decepcionante.”

Siempre usaba el nombre completo cuando le llamaba la atención a un niño, suena mucho mas serio. Me miró un momento y siguió repitiendo las mismas palabras, parpadeando muy rápido, parecía totalmente confundido.

“Christopher. Christopher. Mírame cuando te hablo. ¡Christopher!”

Recuerdo elevar mi voz hasta casi gritar cuando dijo su nombre por ultima vez, algo que raramente hacia. Sus ojos se clavaron en los míos mientras calló. Creí que empezaría a llorar, siempre es algo terrible ser la causa de ello, así que le dije en un tono más tranquilo:

“Me decepciona verte aquí, est-“

“Mira” Me interrumpió “Algo anda mal en algún lugar. Esto no se supone deba pasar.”

Me sorprendió el ser interrumpido, pero lo que en verdad me impresiono, lo que me dejo sin palabras por unos momentos mientras el continuaba, fue la manera en la que hablo. Su voz era la de un niño, pero su tono era maduro y serio.

“Solo necesito un momento para pensar, puedo resolver esto. Solo necesito pensar”

Sus ojos se movían de un lado a otro. Yo volví a hablar.

“Espero que escuches cuando te hablo jovencito. No me interrumpas.”

Sus ojos se clavaron de nuevo en los míos, y empezó a hablar antes de que yo pudiera continuar.

“Claro, claro, esta bien. Mira, dame cinco minutos para hablar de acuerdo. Cinco minutos, es todo lo que pido”

No estoy seguro de que fue lo que me hizo acceder; tal vez, fue lo peculiar de la situación. Me recargue en el respaldo de mi silla, tome mi pipa y comencé a llenarla con tabaco, aun se permitía fumar dentro en aquellos tiempos en Inglaterra.

“Cinco minutos”

Encendí la pipa y la puse en mi boca, le hice una seña para que se sentara en la silla que estaba a lado de mi escritorio, así lo hizo, y empezó a hablar.

“Muy bien, ¿Cómo empezar? Yo he estado aquí antes, bueno, no en esta situación, pero si en esta escuela, en este tiempo; Ya he vivido esto, yo… ¿Alguna vez viste la película de Groundhog Day?”

Asentí con la cabeza.

“Bien, entonces… ¿Alguna vez has pensado en ir al pasado, viajar a algún punto atrás, pero como  eres ahora? Viajar en el tiempo para rehacer algo pasado en tu vida pero con el conocimiento que posees ahora. Bueno, eso es lo que me pasa a mí, es solo que… No puedo controlarlo, no puedo detenerlo.”

Se recargo en su silla, su rostro tomo un aspecto lúgubre mientras miraba a una ventana de la oficina.

“Viví normalmente hasta mi trigésimo cumpleaños, entones, una mañana me desperté como un niño de cuatro años, de vuelta en mi vieja casa que no veía desde hace 20 años. Suena genial, ser joven otra vez, volver a hacer las cosas que solía hacer, pero mucho mejor… Pero se convirtió en una pesadilla. Aunque, la primera vez, me aproveche de la situación, había obtenido un doctorado en filosofía antes de regresar, podía hacer matemáticas avanzadas, citar a Shakespeare, tocar el piano; era divertido. Era un prodigio. Pero toda esa atención que estaba recibiendo, le estaba siendo arrebatada a mi hermano menor.”

Por primera vez vi sus ojos empañarse, y su voz empezó a temblar.

“Con tanto tiempo y esfuerzo que gastaban en mi, mis padres ya no tuvieron mas hijos. Yo solía tener otro hermano y una hermana, y de repente, ya no existían, y todo era mi culpa. Trate de decirles a las personas lo que estaba ocurriendo, pero es algo difícil de probar. Les decía resultados de los deportes que aun no ocurrían, les advertía de desastres naturales. Y cuando se hizo obvio que mis predicciones eran correctas, el gobierno me arrebato de mis padres, pero hacerme estudios. Drogado, en una habitación completamente blanca. No puedes imaginar lo que son 20 años encerrado en ese lugar…”

Se quedo callado por un momento, mirando hacia la ventana.Sus ojos se volvieron a enfocar en mí.

“Pero volvió a ocurrir, desperté una mañana en la casa de mis padres veinte años mas joven. Esa segunda vez mis padres tuvieron otros dos niños, pero no eran mi hermano y hermana de antes. Eran diferentes, los que yo conocía se habían ido, nunca habían existido. Si quería hacerlos regresar debía entonces evitar que mis nuevos hermanos nacieran, no puedes imaginarte la culpa…”

Se puso de pie, y camino  hacia el escritorio, su cabeza apenas salía por el borde, apenas podía verme.
“Ahora, necesito tu ayuda. Ya van doce veces que pasa. Y creo, que si hago las cosas bien, si mantengo todo como se supone que debe ser, tal vez se detenga. Tal vez ya no tenga que regresar. No se suponía que fuera enviado a tu oficina, no se supone que hables con mi madre de esto. Mira-“

Tomo  una hoja de papel, una pluma y empezó a escribir algo. Me lo dio a mirar. Ya he olvidado lo que escribió exactamente, eran unas complejas operaciones matemáticas.

“Ningún niño debería saber este tipo de cosas.”

Tomo otra hoja y empezó a escribir de nuevo. Nombre, fechas, eventos, me la dio.

“Sé que suena loco ahora, pero, pero solo escucha. Lo que escribí son los acontecimientos próximos y lejanos, lo veras, tómalo. Apuesta en los resultados, haz algo de dinero. Pero por favor, no interfieras ahora, o después. No se supone que tu estés involucrado en esto.”

Recuerdo solo muy poco de la conversación después de eso. Era ridículo, lo que estaba diciendo, como era posible que fuera a creerlo. Le dije que dejara de decir cosas sin sentido y lo envié devuelta a su salón de clase. Llame a su madre a mi oficina cuando paso a recogerlo esa tarde y le hable sobre su mal comportamiento y ese extraño arrebato fantasioso. Aun así, conserve su lista, no estoy seguro de por que, pero lo hice, la mantuve a salvo, en mi estudio.

Leí en el periódico varios años después que Chris se había suicidado, justo en el día que me había dicho que su segundo hermano habría de nacer. Supe también después que su madre había tenido un aborto. Ya ahora me preocupa que eso haya sido culpa mía. Tal vez, si le hubiera hecho caso, las cosas hubieran sido diferentes, quien sabe que efectos pudo haber tenido mi conversación con su madre.

Escribo esto la tarde del 21 de julio del 2017, el día antes de que Chris fuera a cumplir los 30 años. Todo lo que eso chico escribió en esa hoja ha sucedido. Campeonatos mundiales, huracanes, el bombardeo en las torres gemelas. Todo, exactamente como los escribió.

Pero ahora mis pensamientos se centran en el mañana. ¿Qué me pasara a mí? ¿Qué les pasara a mis hijas, o a mis nietas? Si el tiempo regresara para que el vuelva a vivir todo de nuevo, ¿A dónde vamos nosotros? ¿Seguimos sin el? ¿O jamás despertaremos; solo, desapareceremos?

He tenido una larga vida y he hecho grandes cosas, pero ninguna de ellas me ha perseguido tanto  como aquella conversación, y nunca he sentido tanto terror como ahora. Si realmente todo vuelve a empezar, espero hacerle caso la próxima vez.







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